Como bien sabéis, nuestro cole, en la localidad de Valdelamatanza, es muy pequeñito, apenas 5 alumnos ocupan sus pupitres... Somos un cole muy unido tanto a nivel profesional (maestros), como las familias y alumnos.
Dentro de nuestras clases, lidiamos cada día con una enfermedad, la diabetes. Es una enfermedad poco conocida aún, puesto que hay quien cree que es fácil de batallar día a día con ella, que "con tomarse un zumito todo está bajo control"... etc... (comentarios como estos tenemos que escuchar muchos días los maestros que allí trabajamos). Sí, es una enfermedad con la que se vive, pero... en un aula con cinco niños, de los cuales 2 son diabéticos, no todo es tan fácil.
Y, ojo, no es una queja, porque todos los maestros que allí trabajamos, estamos súper concienciados de cuál es nuestra función y cómo remontar a los alumnos cuando bajan o cómo poner bolos de insulina (sí, habéis leído bien), pero nos gusta que se entienda que la diabetes hay que entenderla y para ello, hay que conocerla y vivirla de cerca.
Muchos son los días que las clases se paran porque un alumno baja veloz... hemos llegado a los 35 en nuestro cole y el susto vivido por los maestros... no os lo imagináis, la vida de nuestros alumnos es muy valiosa... Muchos son los días en los que paramos nuestras clases para comunicarnos con las familias porque uno de nuestros alumnos sube a mas de 300... Muchos son los pitidos (alarmas) de las bombas de nuestros dos alumnos que nos hacen dar un respingo en medio de la explicación, porque algo no va bien...
Cuidamos de ellos, velamos por su bienestar, pero es complicado... Es complicado cuando vas al polideportivo a por Daniela porque está muy bajita y no va a poder aguantar la clase de Educación Física, te traes al otro peque porque también empieza a bajar con rapidez, aunque está en 110; y cuando estás en el aula corriendo a por un zumo para ella porque esté en 70 bajando y el pequeño te dice:
" María, me encuentro mal..."
y le dices:
"Vale, espera que voy a por un zumo para Daniela que tiene 68"
y piensas:
"Bueno, él tenía 100, tengo tiempo...",
pero cuando le das el zumo a Daniela, ves que Álvaro está en 58!!! Y vuelves a correr a por otro zumo, porque en apenas 5 minutos ha bajado más el que te tenía más tranquila. En ese momento, inevitablemente, te pones nerviosa porque ves que hay situaciones que te sobrepasan y aunque quieres hacer las cosas lo mejor que puedas, dando prioridad al que está en peores condiciones, esta enfermedad... no es previsible... Nada es lo que parece, y en menos de un minuto, puede haber un cambio que no esperas. Así que vivimos con el radar permanente, felices, eso sí, comprobando que los glucómetros de nuestros alumnos marcan lo que esperamos... entre 80-120. Y sonriendo siempre!! Dando normalidad, por supuesto! Pero... controlando raciones, poniendo bolos de insulina, dando zumos, galletas, vigilando si es la hora del recreo y hay que cambiar basal temporal al 70%, vigilando si se van a educación física bajitos y deben tomar una ración (dos galletas), pesando la fruta que damos en el colegio (porque ellos no pueden comer toda la cantidad que desean, todo va bajo control), si les sube mucho a veces ponemos basales al 200%, e incluso calibramos bombas (de insulina, que nadie se alarme)... Pero sí, todo con NORMALIDAD. Por supuesto, en nuestro cole, los compañeros les preguntan muchas veces "¿Cuánto tienes?" "¿Qué tal estás?" Saben cómo reaccionar cuando un compañero está bajito, saben dónde están los zumos para poderselos dar... Estamos todos preparados y estamos aprendiendo mucho de la diabetes.
Así que desde aquí, aprovecho para dar las gracias a las familias de estos niños, en especial a las mamás, por todas sus enseñanzas y sobretodo por su comprensión, que a veces no hemos sabido cómo actuar y ellas han sido siempre muy comprensivas. Y en especial a Daniela y a Álvaro, por sus grandes enseñanzas, su comprensión y su valentía y siempre, siempre, con una gran sonrisa.
Y, cómo no, en el día de hoy, 14 Noviembre, hemos celebrado el día de la diabetes con todos los vecinos y vecinas del pueblo, por nuestro niños!!
Por la tarde tuvimos la visita de nuestra queridísima Gloria y celebramos todos juntos un día tan especial.
Y como colofón final, tuvimos una gran sorpresa, Álvaro ganó el primer premio del concurso de postales navideñas de la Asociación de Diabéticos de Plasencia!!
Enhorabuena!!
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